
ESTUDIO DE CASO
Creciendo en Texas y mudándose a la Costa Este, Hope notó algo que le hacía falta: auténticos quesos Tex-Mex de calidad. Lo que comenzó como un dip casero para compartir con amigos, pronto se volvió tan popular que terminó convirtiéndose en un negocio. Para la identidad de marca, nos inspiramos en productos locales, caseros y de lotes pequeños, combinados con la esencia vibrante de la cultura Tex-Mex. Detectamos un estilo gráfico recurrente en las artesanías de Texas y el norte de México, y lo interpretamos en un sistema visual que clasifica cada producto según su nivel de picante y sabor. A petición de Hope, el ícono de la marca debía reflejar la personalidad de su creador, por lo tanto, estudiamos sus rasgos y los transformamos en un personaje dentro de un paisaje desértico, logrando un balance perfecto entre un retrato, un dibujo animado y un símbolo ideal para aplicaciones pequeñas. La fotografía del producto, se inspiró en reuniones, fiestas y paisajes del desierto, usamos colores vibrantes, ingredientes y toppings para reforzar los rituales de consumo y destacar los atributos del producto. El resultado: una marca cálida, cercana y con sabor a casa.

























